Parte 1


Desde siglos atrás la distinción entre la práctica artística y la práctica técnica eran mínimas, y con el paso del tiempo persistió la relación entre estas dos disciplinas.

Durante la antigüedad, no había ninguna separación entre artistas y científicos. Los griegos no hacían distinciones, todo era techné (arte, habilidad, técnica, destreza...). En este sentido, Leonardo da Vinci representa una culminación espléndida de la síntesis de los dos oficios.

Otro descubrimiento que revolucionó la plástica, a partir de la Segunda Guerra Mundial, fue la pintura acrílica, que no sólo sirvió como aporte sino que a través de su secado rápido posibilitó nuevas maneras de pintar. De manera que, desde el punto de vista instrumental, el divorcio entre arte y técnica nunca ha sido verdaderamente total.

La brecha que separaba el arte de la técnica comenzó a aumentar  proporcionalmente al auge del método científico que contaba con Newton como su mayor exponente y propulsor. Así, mientras el científico juega con la realidad y la lógica, al artista le concierne la imaginación y la emoción. El arte investiga el mundo subjetivo; la ciencia, por su parte, persigue el mundo objetivo y el método racional. Como consecuencia de esta escisión, el mundo del arte acabó adoptando el romanticismo como ideología principal, y el artista se convirtió en un personaje marginal, un comentador y un crítico, más que un participante y contribuyente de la realidad”

La distinción se consolidó con la Revolución Industrial y exigió por parte de los artistas adoptar una postura de flexibilidad frente al auge científico, a fin de poder aprovechar algunos recursos que  ofrecía la ciencia y la industria.


Sobre la anterior lectura y con la ayuda del video responde:
¿Como trabaja un científico y como lo hace un artista?