Parte 2


Posteriormente, los artistas partidarios de una visión alternativa y abierta fueron considerados “futuristas”. Los futuristas planteaban la búsqueda de nuevas formas artísticas; en esta búsqueda, la tecnología –y su símbolo, la máquina– no era un enemigo, sino al contrario, un aliado y hasta una obra susceptible de valoración estética”. Al movimiento futurista se puede sintetizar diciendo que fue, aunque de poca duración y repleto de contradicciones, el precedente más directo de la tendencia integradora que actualmente inspira la práctica conjunta de arte y tecnología.

Uno de los acontecimientos importantes en nacimiento del arte digital se produjo con la aparición de la televisión en 1940, y que tras su popularización abrió a los artistas, nuevos posibilidades de expresión. Surgieron, de esta manera, los videoartistas quienes con la adopción de numerosas técnicas de manipulación de las imágenes, producirían una obra independiente y alternativa respecto al cine y la televisión, como los avisos publicitarios.

Durante los años setenta continuó la inercia creativa de los años sesenta, hasta el punto  que algunos museos empezaron a interesarse por obras de composición tecnológica y a exhibirlas. La más significativa fue la política de Los Angeles County Museum, que organizó equipos de artistas y técnicos para producir obras; para financiarlas, consiguió el patrocinio de importantes empresas como IBM, Lockheed, TRW o Rand, que a su vez suministraban la tecnología avanzada necesaria.

A finales de los años setenta las relaciones entre arte y tecnología comenzaban a plantearse de una manera radicalmente nueva, y la perspectiva que se abría era extraordinaria. El protagonista de este salto cualitativo era el ordenador.

En 1984 apareció el primer ordenador que manejaba textos e imágenes a un coste razonable y con una potencia adecuada para las necesidades de una persona. La capacidad gráfica y el entorno individualizado del ordenador personal atrajeron en seguida a los artistas más receptivos.

En la actualidad, la aplicación del ordenador a la comunicación y expresión audiovisual ha progresado extraordinariamente; su práctica constituye un claro ejemplo de fusión entre arte y tecnología: el arte digital. Esta forma de arte que hace uso de los recursos tecnológicos posee características distintivas del arte tradicional. Uno de las características es la interactividad que plantea el arte digital y del rol de receptor del artista y el de emisor por parte del espectador queden desdibujados. El arte digital permite la interacción con la obra directa, la participación del público espectador y en este caso el artista jugaría el papel de espectador y viceversa, suponiendo el caso de juegos virtuales.
Otra característica importante y notoria es la posibilidad de generar realidades alternativas, no físicas, pero muy aproximada a la realidad material, un claro ejemplo lo constituyen los juegos y las animaciones virtuales presentes en la cinematografía.
El arte digital también genera importantes desafíos conceptuales como por ejemplo la de establecer una clara distinción entre lo que es arte digital y lo que no.

Observa detenidamente la siguiente imagen del diseñador italiano Alberto Seveso:

1. ¿Qué elementos componen la imagen?
2. ¿Por qué el rostro de la imagen se muestra fragmentada?
3. ¿Con qué instrumentos o herramientas es posible obtener una imagen como la presentada?
4. ¿Cuál es la intención de diferenciar el rostro fragmentado de la imagen con un rostro común?